jueves, 10 de noviembre de 2016

Mi sombra

"Es aterrador pensar que un hombre lleva también una sombra a su lado, que consiste no sólo en pequeñas debilidades y fobias, sino en un dinamismo demoníaco" dice Carl Jung.

Como dije en el blog anterior, viajar nos nutre y transforma, éste,  más que un viaje a otro país, es la travesía más complicada de un ser humano, la del encuentro con uno mismo. Lo que uno va encontrando no siempre son estrellitas luminosas, sino hoyos negros llenos sentimientos oscuros y hasta destructivos.

Cuántas amistades, relaciones de pareja y hasta de familia se han roto por esos sentimientos negativos que todos llegamos a experimentar y por los cuáles en cierto momento perdemos control. Todos alguna vez, hemos perdido la cabeza y gritado o hasta intentado ser violentos. Luego, como si existiera un botón de "borrar" intentamos eliminarlo de nuestra mente como si no pasó y siempre deseando absurdamente que nunca vuelva a ocurrir, pero qué triste, eso no sucede. Qué lindo es mostrarnos ante los demás como personas seguras, confiadas, fuertes y qué triste admitir que dentro de nosotros también existe miedo, inseguridad, debilidad, rabia.

Algunas personas piensan que cuando uno comienza a inmiscuirse en el mundo de la espiritualidad uno se vuelve santo, que luego de hacer unas sesiones de meditación seremos "perfectos" refiriéndose a eso con el adjetivo que conocemos como "buenos". Algunas enseñanzas espirituales y religiosas nos llevan siempre a buscar la luz dentro de nosotros,  pero con eso simplemente nos forzan a reprimir las emociones que finalmente nos convierten en humanos. Queremos encontrar en nosotros paz, harmonía, amor, compasión y negar rotundamente los sentimientos de odio, venganza, control, miedo, celos y rabia. De hecho, en todas las historias al encontrar esas características en las personas, las condenamos y por lo tanto las negamos en nosotros.

 Al menos yo, cuando me encuentro con esa parte oscura de mí que aborrezco, esa parte irracional que hasta puede volverme destructiva, me juzgo y casi siempre me avergüenzo de mi sentir. Luego aparece la niña pequeña que luego de haber expresado su rabia aún necesita de un abrazo, del amor que desea sea incondicional, como cuando yo abrazo a mi hija después de que ha hecho un gran berrinche. Precisamente últimamente mi pareja y yo nos hemos visto frustrados e impacientes con el comportamiento de nuestra bebé que simplemente expresa su ira con toda la naturalidad. Y es que así nacimos todos, puros, pero luego conforme fuimos creciendo la sociedad nos fue enseñando a dividir nuestro comportamiento como "bueno" y "malo".

Diría Jung  "lo que nosotros llamamos conciencia civilizada se ha separado de lo que son los instintos básicos. Sin embargo estos instintos no han desaparecido. Simplemente perdieron contacto con nuestra conciencia y por lo tanto han sido forzados a mostrarse con un traje distinto."

 Muchas personas que conozco me elogian diciendo que soy una persona alegre, carismática y que transmito una energía muy bonita y es que sí, probablemente la mayoría del tiempo soy así, sin embargo si soy sincera conmigo misma hay una parte de mí "no tan bonita" que uno siempre intenta ocultar a toda costa. Esta vez, encuentro necesario admitir sin vergüenza que hay sentimientos o debilidades que muchas veces pueden hacerme perder el control.

Carl Jung maneja dos arquetipos, "la persona" y "la sombra". La persona básicamente es lo que deseamos ser o lo que le mostramos al mundo que supuestamente somos, de hecho la palabra persona viende del latín y significa "máscara". Luego existe nuestra sombra, según explica viene de ideas o pensamientos reprimidos, impulsos, debilidades, deseos, perversiones o miedos de los cuales nos avergonzamos. Y lo peor,  según entiendo, el acumular todos esos sentimientos y deseos, y al no aceptarlos e integrarlos de manera consciente simplemente se siguen acumulando para más tarde hacernos perder el control y destruirnos o volvernos destructivos.

Mi teoría es que de todos esos deseos que en su momento reprimimos y de los cuales no tuvimos el valor de satisfacer porque se nos dijo que estaba "mal"  se convierten en un sentimiento que va al subconsciente en forma de frustración que más tarde se activará cuando vivamos situaciones similares. Por ejemplo un niño al que sus papás le indican lo que debe hacer, cuando en realidad él desea hacer otra cosa, crecerá con una frustración que más tarde se mostrará a manera de control sobre situaciones o personas. Además, las personas con las que convivimos serán espejos de lo que nuestro subconsciente contiene y nuestra realidad siempre proyectará lo que necesitamos para volvernos conscientes de eso. Con eso queda claro por qué todo lo que más detestamos de las personas alrededor de nosotros es precisamente lo que nosotros llevamos dentro y que no queremos aceptar.  Y como diría Buda, "a lo que te resistes persiste", entre más lo neguemos, más pronto volverá, y eso a lo que tanto miedo le tenemos aparecerá en nuestra realidad, como dice Gustavo Cerati en su canción "tanto le temes que al fin sucede".

Hace unas semanas encontré en facebook el estado de un amigo que decía "embrace your dark side",  no entendía a qué se refería con eso, hoy otro amigo importante para mí me dijo, "ACÉPTATE" así, con mayúsculas, y ahora, en esta noche de crisis en que me pongo a reflexionar y a escribir, me doy cuenta de lo que pasa con nosotros, hemos perdido contacto con nuestra esencia de tal manera que cuando esos sentimientos afloran, sentimos que nos desconocemos que no somos nosotros o no queremos serlo. Yo siempre terminaría diciéndome a mí misma, "soy una buena persona",
pero, si estamos haciendo una búsqueda real de lo que somos, nos vamos a encontrar con personalidades, pensamientos y sentimientos que nos costará mucho trabajo aceptar, sin embargo tenemos que integrarlos. La represión de nuestro lado negativo es posiblemente la muralla más grande que existe para conseguir el auténtico amor a uno mismo.

Es necesario eliminar la dualidad, integrar todas nuestras características, experimentar todo lo que realmente somos con sinceridad y luego aceptarnos y amarnos con todos esos sentimientos que llevamos en nuestro interior, y cuando uno logre aceptar por completo ambos lados será como con el jin jan, la división desaparecerá para ser uno, para ser seres completos. Observar y aceptar nuestra oscuridad puede ser la llave para liberarnos de esos sentimientos que hasta este momento nos controlan como humanos. No, no se trata de justificar nuestro comportamiento agresivo y descontrolado, se trata de que al aceptarlos, esos sentimientos dejarán de tener control sobre nosotros.
Esto no es un camino fácil, les deseo mucha suerte en el encuentro con sus sombras, sin temor, sin vergüenza, observémonos y aceptémonos.