jueves, 9 de marzo de 2017

Ni putas ni santas


Finalmente un día que nos da la posibilidad de observar un poco de nuestra situación como mujeres.
Se habla mucho del derecho al voto, del derecho a un salario igual al del hombre. Pero poco se habla de lo que inconscientemente más arraigado tenemos y es la sexualidad controlada. Estamos tan perfectamente amaestrados, que defendemos nuestra propia celda y la pintamos de colores para hacerla ver más atractiva.

Como por derecho propio, buscamos someternos. Como si fuera lo más glorioso, buscamos ser de alguien y  nos olvidamos de lo que realmente deseamos para nosotras. Así, nuestros sentimientos se cambian por responsabilidades y nuestras almas por máscaras vulgares. Nuestras relaciones están basadas en la propiedad, nos educan para creer que debemos pertenecerle a un hombre; y en cuanto eso ocurre, nos tornamos sumisas, abnegadas. Abandonamos la sensualidad para ser esposas, cortamos toda relación con el erotismo, como si eso fuese lo más "digno". Como si lo natural fuera arrancar de una mariposa sus alas y pedirle que sea igual de hermosa y hacerle creer que así debe ser feliz.

Audre Lorde en su artículo llamado Usos de lo erótico: lo erótico como poder  dice: "Se ha inducido a las mujeres a sufrir y a sentirse despreciables y sospechosas en virtud de la existencia de lo erótico...  En realidad, lo erótico ofrece un manantial de fuerza inagotable y provocadora a la mujer que no teme descubrirlo, que no sucumbe a la creencia de que hay que conformarse con la escasez."

La coquetería y el erotismo, son las características inalienables de las mujeres. Maliciar esto, es negar nuestra naturaleza, es forzarnos a volvernos esclavas de nuestra sombra. El mundo parece tener como objetivo, decidir por nosotras sin tener la más remota idea de lo que sentimos.

¿Por qué de manera tan vil vulgarizan a nuestros sentimientos y a nuestra ansia por sentir como si fuese el más horrible de los pecados?

Lo más grave de esto es que nosotras mismas estamos entrenadas para sabotearnos cuando en realidad no existe nada más bello que amarnos, en todos los sentidos. Somos las únicas que podemos comprendernos entre nosotras y cuando alcanzamos la confianza verdadera nos damos cuenta del amor tan puro que podemos sentir cuando dejamos de lado todo lo que se nos inculcó.

Yo quiero contarles, que más que celebrar que puedo votar, más que alegrarme porque poco a poco se va admitiendo que merecemos un salario igualitario, celebro poder hablar y escribir de las palabras "orgasmo", "lubricación", "eyaculación femenina", porque de eso mi madre poco habló y mi abuela no pudo hablar nada. Algunos subestiman el valor  de no tener la sexualidad como un tema tabú, pero creo que nos hace falta admitir que lo que mueve este mundo es la energía del amor, del eros, que nos permite conectar con todos y todas alrededor. No, no estoy siendo coqueta, estoy amándote, estoy amando a todos a mi alrededor.

Imaginen la terrible contradicción, una cantante magnífica a la que le piden que no vuelva a emitir una sola nota, a la que forzan a olvidarse de sus cantos porque con esos cantos con los que puede hacer sentir la gloria, ofende.

El patriarcado nos tiene amarrados hasta los huesos y todos somos parte de la misma mierda, así que observemos cómo vamos. Si eres un hombre infiel y esperas que tu mujer te ofrezca fidelidad, si reprimes a tu mujer por vestirse seductora pero disfrutas ver a otras mujeres siéndolo. Si quieres una mujer sólo para tí pero anhelas ser de muchas mujeres. Si la conquistas con flores para luego de tener sexo ignorarlas. Si disfrutas tener muchas parejas sexuales pero a ella la llamas "puta" si se atreve a hacerlo. Si con tu madre y hermanas usas la palabra mujer para enaltecer y en tu lenguaje de bromas para humillar.
Si eres mujer y dices ser apoyo de ellas pero las juzgas en sus acciones.  Si dices ser su amiga pero sigilosamente compites con ellas. Si dices que quieres un mundo en el que las mujeres jueguen un importante papel pero cuando las ves tener éxito las envidias. Si en público las vanaglorias y entre chismes las destruyes.  Si dices ser feminista pero no soportas a las mujeres demasiado libres.

Me quedo mejor con las palabras de de Audre Lorde que en lo personal me movió muchos sentimientos al leerla:

"Al estar en contacto con lo erótico, me rebelo contra la aceptación de la impotencia de los estados de mi ser que no son naturales en mí, que se me han impuesto, tales como la resignación, la desesperación, la humillación, la depresión, la autonegación. Ahora al fin, voy encontrando más y más mujeres identificadas con las mujeres que tienen la valentía necesaria para compartir la carga eléctrica de lo erótico sin disimular y sin distorsionar la naturaleza tremendamente poderosa y creativa de esos intercambios. 

Reconocer el poder de lo erótico en nuestra vida puede proporcionarnos la energía necesaria para acometer cambios genuinos en nuestro mundo, en lugar de contentarnos con un cambio de papeles en el mismo y manido escenario de siempre. Al reconocerlo, nos ponemos en contacto con nuestra fuente más profundamente creativa y, a la vez, actuamos como mujeres y nos autoafirmamos ante una sociedad racista, patriarcal y antierótica."

NI PUTAS NI SANTAS, SIMPLEMENTE MUJERES.



sábado, 4 de marzo de 2017

Carta a mi madre

Mamá, ya sé que estás muy enojada porque me hice un tatuaje, ya sé que para ti es vergonzoso y casi repugnante que tu hija decida marcarse el cuerpo como hacen delincuentes, ladrones y personas de quienes tú tienes una mala idea. Pero te quiero contar que ese es precisamente el plan, que comprendas que no sólo personas "malas" deciden rayarse el cuerpo. De hecho, lo que realmente deseo es cuestionar tus conceptos de bueno y malo.

He vivido ya veintisiete años, de acuerdo a las pautas que me marcaron como bueno y malo. He procurado hacer lo que se me dijo, aun cuando tuviera que ser desleal a mis sentimientos más profundos. Y aún, he reventado en miedo, enojo, tristeza y sufrimiento, tú misma me viste llorando y hasta lloraste conmigo cuando me viste destrozada, desubicada, y perdida en ese arroyo de emociones terribles

Tú y las personas con las que crecí me dijeron explícita o tácitamente cómo debía ser mi vida y mis relaciones. Cómo debo vestir, cómo verme y claro, cómo NO debo verme, (por ejemplo con un tatuaje). Me “sometí” al sistema de reglas con el que creciste tú también  y mis antepasados, y esperé que por ser respetuosa de estas, mi vida sería plena y feliz.
Lamentablemente no fue así, entre más procuraba seguir las normas, más frustración podía acuñar también, pues estaba haciendo lo que me decían, pero para eso, muchas veces tenía que ir en contra de lo que yo sentía. 

Finalmente llegaron a mi vida las respuestas, definitivamente no era lo que yo esperaba, no era una solución simple o “bondadosa” sino todo lo contrario, comprendí que los límites de lo que me enseñaron como “bien” y “mal” chocan por completo al observar la verdadera raíz de mis pesares. He comprendido que mucho más allá de todos los códigos y normas morales y sociales, existe una forma de vivir más acorde a lo que soy, más en orden con lo que siento. 

Porque vivir en contra de lo que siento es no vivir. Porque ser lo que no soy ha sido mi más grande pecado.

Busqué desesperada encontrar el motivo de tanto desajuste en mi cuerpo, en mi pensamiento, en mi espíritu. No me juzgues mamá, consciente o inconscientemente estoy buscando probar opciones diferentes a las que tú probaste para alcanzar la felicidad. Empatiza un poquito conmigo mamá ¿cómo te sentiste cuando mi abuela te dijo que no podías tener un novio porque tenías que portarte "bien"? quisiste seguir su norma, pero tu cuerpo te indicaba que tenía ganas de acercarse a ese muchacho al que le gustabas, ¿por qué ibas a hacer un "mal" por permitirle hacerte sentir a gusto? Parece tonto ahora que recuerdas aquellos días en los que no podías vivir de acuerdo a tu deseo, pero ¡eso era!Era limitarte a vivir y a sentir por seguir normas que ni tú ni mi abuela comprendían. ¿En algún momento cuestionaste por qué estaba mal? Aquí viene implícita la clave ma, en CUESTIONAR, cuestionar todo lo que hasta este momento nos dirige en nuestras vidas y sobre todo, cómo esto nos hace sentir.

Mi tatuaje ma es apenas el comienzo de mi guerra contra ese sistema de normas morales que dejaron de funcionar en mi vida. Como dice un amigo, "el tatuaje es entendido como una forma de comunicación, que representa, que simboliza" y es que eso creo que es precisamente mi tatuaje, el primer símbolo de rebeldía contra lo que me dijeron que no debe hacerse y con lo que yo no concuerdo. Si dejas a un lado tus prejuicios, quizás podrías ver este arte tan bello con otros ojos, pienso que como hija tuya, la vida me envió precisamente para eso, para ayudarte a observar con otros ojos los paradigmas con los que vivimos. No quiero asustarte, pero mi tatuaje es pequeño e inofensivo comparado con la manera en que planeo destruir todo el sistema de creencias que me impone sometimiento como mujer y como persona.

Espero nunca dejes de amarme.